En muchas ocasiones, las alteraciones en el rendimiento de un niño pueden deberse a que atraviesa dificultades visuales y/o auditivas que no le permiten concentrarse, seguir el ritmo del resto de sus compañeros…
Un examen puede ayudarnos a encontrar estos síntomas de forma prematura y actuar para tratar de frenarlos y de revertirlos, cuando sea posible.